Este fin de semana se conocía la sentencia del juicio de Miguel Bosé contra Nacho Palau y puede que tú también te hayas quedado un poquito culitorcido al enterarte. Quizá te has hecho preguntas como estas: ¿van a vivir separados los niños? ¿Por qué no se los reconoce como hermanos? ¿Tiene vuelta atrás la sentencia? Te respondemos a todo y te explicamos los detalles más complicados de entender.
El 31 de octubre conocíamos la sentencia del juicio de Miguel Bosé contra Nacho Palau (lo que comúnmente hemos dado en llamar «culebrón Bosé»). Ese mismo día, el exnovio del cantante publicaba en su cuenta de Instagram un comunicado emitido por el bufete de abogados que lo representa, y en el que se anunciaba recurso. ¿Qué ha pasado, qué han valorado los jueces, por qué Miguel Bosé gana solo a medias y qué podemos esperar? Incluso lanzo otra pregunta: ¿por qué la sentencia firme podría marcar un antes y un después en la historia de nuestro país? Seguid leyendo, que os lo cuento.
Lo que dice la sentencia del juicio de Miguel Bosé contra Nacho Palau
En esencia, lo que viene a decir la sentencia es que no se reconoce la filiación de los cuatro niños (Diego, Tadeo, Ivo y Telmo). Es decir, que no al no ser declarados legalmente hermanos no hay una obligación de Miguel Bosé de apoyar económicamente a Ivo y a Telmo, los niños que viven con Nacho.
Nacho buscaba la filiación para que los cuatro pequeños pudieran tener un nivel económico similar gracias a una pensión de manutención por parte de Miguel, como ocurre con los hijos de cualquier pareja que se divorcia. Pero no ha sido así. Por tanto, los niños seguirán viviendo separados. Al menos, de momento.
Sin embargo, en la misma sentencia se reconoce que los niños tendrán un determinado régimen de visitas entre ellos y con sus padres. Y esto es muy importante. Luego vuelvo a este punto.
¿Por qué no se los reconoce como hermanos?
Como ya sabéis, el tema de los vientres de alquiler no está regulado en nuestro país. Es más, está prohibido. Por tanto, los hijos de quienes deciden tenerlos por este método están jurídicamente mucho más desprotegidos. Y es lo que ha sucedido en el juicio de Miguel Bosé contra Nacho Palau.
Cuando ambos eran pareja, decidieron tener dos hijos de una madre de alquiler cuyo padre biológico era Bosé y otros dos, siete meses después, pero siendo el padre biológico Palau. De este modo, la paternidad de Diego y Tadeo y la de Ivo y Telmo no es la misma. Técnicamente, y aunque los cuatro vivieran como hermanos con sus padres, no lo son ante la ley.
¿No había más opciones que separarlos?
Cuando supimos que dos hijos se iban con Miguel Bosé y otros dos con Nacho, nos explotó un poco a todos la cabeza. Pero claro, no conocíamos toda la verdad. Lo primero, que Bosé no podía adoptar a los hijos de su ex (la ley no permite una diferencia entre padre e hijo de más de 45 años), razón por la cual nunca fueron legalmente hermanos.
Pero hay algo más que, creo yo, puede afectar al futuro de la sentencia: Miguel Bosé evitó durante 26 años que se conociera su relación amorosa. ¿Por qué? Una vez más, y esto es de nuevo solo una impresión, es que nunca ha querido que se sepa nada de su vida privada. De hecho, cuando hace casi 30 años tuvo que desmentir que se estaba muriendo de sida (sí, queridos: los bulos nos rodean desde que el mundo es mundo), también evitó hablar de su orientación sexual. Es decir: Miguel Bosé aparentemente prefiere mantener este asunto en un perfil lo más bajo posible.
Lo que puede pasar
Lo cierto es que, ante un asunto tan complejo como este, la justicia, al menos en primera instancia, ha elegido ser literal y no hacer interpretaciones. Sobre el papel, todas las cartas buenas estaban en la mano de Miguel Bosé. Pero hay un hilo del que tirar, y es al que se agarra Palau: la sentencia reconoce que esos niños han convivido, que esa relación amorosa entre los dos padres ha existido y, en consecuencia, que habrá un régimen de visitas. Y eso, en cierto modo, le da la razón a Nacho.
Como cabe recurso (es decir, la sentencia no es firme), Nacho va a ejercer ese derecho. Y es muy importante cómo termine todo esto. Primero, porque si la demanda se eleva al Supremo, este tribunal tiene la capacidad de emitir una sentencia que sirva para otras demandas similares; esto es, se puede terminar creando jurisprudencia (precedente jurídico que pueden utilizar otros demandantes en casos muy parecidos en el futuro). Y muchísimas parejas con hijos nacidos por este método siguen el caso con especial atención.
Pero hay más en este juicio de Miguel Bosé contra Nacho Palau: parece que al cantante no le apetece nada que su nombre siga permanentemente expuesto y acuerde una solución pactada fuera de los tribunales con su ex. ¿Qué pasará? ¡Seguiremos al tanto de todo para contártelo!